En el taller, haciendo tiempo y ordenando los cables

Moskis, halláseme en el taller. He tenido un percance tela de divertido. Me torcí un tobillo. Y todo por evitar que otra persona se llevase un pelotazo. El portero, y aunque sea su misión y no le conocía de nada, me daba pena, él no tenía la culpa de nada y seguía sin quejarse. A veces hay que hacer actos tremendamente estúpidos por lo que puse todo mi potente y ancho cuerpo (que es tímido, por eso no se muestra mucho) ante el bicharraco que disparó y mi querido amigo que conocía hacía 20 minutos. Resultado: Esguince del tobillo derecho, descanso obligado al césped artificial, creación de miles de nuevos amiguitos negros (esto es porque la pista era de césped artificial, y tiene mogollón de taquitos negros no mayores de un milímetro que se adhieren a la piel como un político a un plan rocupto) y llamar la atención, pero esta vez no me quedaba otra, ellos vinieron a mí. Creo que la situación lo requería, pero otras pues no, y de eso me quiero hablar a mí mismo. Quizás os enteréis, pues a veces pienso en alto, pero... ¡¡¡al turrón!!!

Seré conciso, tengo afán de protagonismo, y aún quedan en mí restos de egocentrismo. Así, sin más, como las inyecciones de las enfermeras. Vale, ahora quizás alguien (espero que) diga que no, que así somos todos, que es natural y tralarí tralará. No es excusa válida, ni aunque el resto sea así. ¿Acaso voy a fijarme en el comportamiento del resto para decidir cómo he de actuar? Pues sí, a veces lo hacemos, lo hago y puedo hablar en futuro, ser vidente con este caso, sin cobrar y acertando, ¿dónde se ha visto eso? Reconozco que varias veces he sido muy dependiente de los demás, que influía mucho lo que pensasen de mí para que pudiera seguir con mi camino. He querido ser protagonista de historias, que supieran de mí y sentirme parte de un equipo que todavía estoy buscando. No importa, un día lo encontraré, y si no lo hago, viviré mejor que si voy con la idea de que no hay un sitio para mí en el mundo. Si todas las piezas del puzzle tienen su sitio, yo debo y creo que he de tener uno. O pediré un sitio en otro planeta, quizás Marte, que está bien surtido por su escasez.

Que le den a mis antiguos pensamientos e inseguridades, voy a seguir mejorando, a contar con mis amigos cercanos y lejanos, mis amigos de verdad y que me apoyan. Creo que estar mis 4 primeros años en una "cárcel" opusina no me han venido muy bien... pero tampoco muy mal. En todos sitios se aprende, se aprovecha algo. No nos solemos comer la piel de las piñas, malacatones o kiwis (en fonético,  kíui)

Sólo pienso en seguir con mi PFC, en acabarlo, en un par de planes de verano, y como objetivo a corto plazo, curarme el tobillo. Incluso al ir hace unos minutos a la farmacia para comprarme Ibuprofeno me ha dicho una desconocida "Que te mejores" pero miraba a otra mujer, sospecho que sería a ella pero me da igual, le dije "Gracias"

P.D. Hay dos ascensores para mi edificio, y una mujer con su hijo no han ido en el que estaba abajo porque no les hacía chiste, cita textual. Lo corroboro, ese ascensor no cuenta chistes buenos, pero le voy a seguir dando oportunidades, lo mismo me sorprende mañana por la mañana, que he de estar fuera, en cierta manera porque quiero y me organizo mejor el día, desde las 9 y pico hasta las 11. Que mis paredes me echen de menos.